El #HangoutWithAPOYOnline de este mes es con la voluntaria Sandra Cristina Serra Baruki:
1) Creo que una persona tan consolidada y conocida en el campo de la conservación como usted no necesita presentación, pero me gustaría que comentara brevemente su trayectoria desde su propia visión y experiencia:
Conocí la preservación de la fotografía a través de la Fundación Nacional de Arte, una organización del Ministerio de Cultura de Brasil, en los años 1980. Funarte, a través de su Programa Nacional de Preservación e Investigación de la Fotografía, política creada y implementada por nuestra querida Solange Zúñiga, a través del Instituto Nacional de Fotografía INFoto, tuvo como principal objetivo salvaguardar el patrimonio fotográfico brasileño, que carecía de mano de obra especializada y requería esfuerzos para su preservación. Ingresé a Funarte en 1986 y permanecí trabajando en el Centro de Conservación y Preservación Fotográfica CCPF, brazo técnico del Programa, por más de 30 años, ya sea como parte del equipo de conservación o en su coordinación. En el Centro pude aplicar mis conocimientos de arquitectura, mi primera formación, estudiando los edificios para la preservación de colecciones, así como las directrices para la implementación y monitorización de áreas de almacenamiento. Mi relación con la fotografía es anterior a la invitación a trabajar en Funarte, se remonta a mi infancia cuando acompañaba a mi madre Dinorah Serra Baruki, fotógrafa e hija de fotógrafo (el estudio Foto Serrinha, en Corumbá, MS). Posteriormente asistí a cursos, como el impartido por el fotógrafo Dick Welton, curso que formó a muchos fotógrafos en los años 80. En su estudio revelaba mis películas y fotografías. Con las posibilidades de formación que me ofreció Funarte, realicé cursos en Brasil, Estados Unidos e Inglaterra, en este último recibí la Maestría en Conservación en Camberwell College of Arts, revalidada por la Escuela de Bellas Artes de la UFRJ. Trabajando como conservadora-restauradora de fotografía, dediqué años de mi vida a formar profesionales en el campo, una de las principales acciones del CCPF. También viajé mucho por mi trabajo en consultorías, en proyectos en curso y participando en congresos nacionales e internacionales. Entiendo que nuestra profesión requiere mucha dedicación y estudios, pero es fascinante porque nos ofrece oportunidades para conocer el mundo y hacer amigos, en el proceso de promocionar el área y trabajar por su reconocimiento y formación de profesionales. Formo parte de la primera generación de conservadores-restauradores de fotografía en Brasil y podemos decir que a través de Funarte hacemos posible preservar nuestras colecciones fotográficas. Hoy trabajo como conservadora-restauradora independiente en estudio privado, como consultora de proyectos, y soy profesora colaboradora en la Maestría Profesional en Preservación y Gestión del Patrimonio Cultural de las Ciencias y la Salud de la Casa de Oswaldo Cruz, FIOCRUZ, donde continúo mi vocación de formar nuevos especialistas. Finalmente, recientemente fui invitada a ser miembro de la Junta Directiva de APOYOnline, después de muchos años de colaboración con esta organización..
2) ¿Cómo definiría en pocas palabras el momento actual en el campo de la preservación latinoamericana?
Un momento de acercamiento efectivo entre instituciones y profesionales, acercando y promocionando el área y los profesionales emergentes. Los cursos de pregrado y posgrado se están consolidando en algunos países de la región posibilitando formación y capacitación, así como proyectos y bibliografía en portugués. Sin embargo, hay mucho por hacer, ya que nos faltan cursos académicos específicos en conservación fotográfica, mi campo de actividad, y, sobre todo, en la creación de empleo para la nueva generación que se ha abrazado a la causa.
3) ¿Qué espera para el campo de la preservación latinoamericana en los próximos 30 años?
El reconocimiento y valorización del profesional de conservación y restauración, con más posibilidades de empleo y especialización, y una fuerte integración entre los profesionales latinoamericanos, que están construyendo especialmente a través de APOYOnline. Con la velocidad a la que avanza la tecnología, creo que hay que dirigir esfuerzos a la preservación digital, con la misma importancia que a los procesos analógicos de los siglos XIX, XX y XXI, en lo que se respecta al ámbito de la conservación fotográfica. Y, sobre todo, imagino que nuestra área será cada vez más activa en la gestión de colecciones, conservación preventiva, gestión de riesgos, rescates, planes de emergencia y sostenibilidad, dada a la crisis ambiental que vive nuestro planeta.
4) ¿Podría indicar tres publicaciones que guiaron su carrera dentro del campo de la preservación?
El primer libro que guió mi formación fue publicado por Kodak en 1984, con el título Care and Identification of 19th Century Prints, de James Reilly. En 1989, cuando me encontraba en Rochester, NY, Estados Unidos, realicé una pasantía por un breve período en el Image Permanence Institute (IPI), en el Rochester Institute of Technology, centro dirigido por el autor del libro. Fueron meses en los que formé parte del equipo conformado por maestros de la fotografía científica y de la investigación en preservación en el mundo. El IPI continúa siendo nuestra principal fuente de información, por sus investigaciones de referencia sobre el conocimiento de la fotografía y sus técnicas, requisitos y protocolos para su preservación, así como la discusión de temas siempre pertinentes para el ejercicio de la profesión y actuales. En el caso del libro de James Reilly, debo destacar especialmente la metodología que creó para identificar procesos fotográficos del Siglo XIX, que todavía aplicamos en la actualidad. El libro siempre me ha acompañado en cursos que he realizado por todo el país durante más de 30 años.
Otro libro que debo mencionar fue escrito por Bertrand Lavédrine, con la colaboración de Jean-Paul Gandolfo y Sibille Monod, con el título A guide to the preventive conservation of photograph collections, publicado por The Getty Conservation Institute, en 2003. El libro es de consulta permanente para conservadores-restauradores de fotografía, ya que presenta en la primera parte la vulnerabilidad de la fotografía, de los negativos y positivos, monocromáticos o en color y sus factores de deterioro físico, químico y orgánico, así como los protocolos internacionales. A continuación, cómo proteger las colecciones, los embalajes utilizados, el almacenamiento, los parámetros y el monitoreo. La tercera parte está dedicada a las exposiciones; la cuarta, a difusión y acceso, y la última dedicada a la información práctica y técnica. Su autor, Bertrand, estuvo varias veces en Brasil y es un maestro y colaborador muy importante para los conservadores-restauradores de fotografía brasileños.
Finalmente, la Coleção Cadernos Técnicos de Conservação Fotográfica, organizada y publicada por el Centro de Conservación y Preservación Fotográfica FUNARTE, de cuyas publicaciones formé parte como autora, organizadora, revisora técnica y coordinadora. Debo resaltar la importancia de los textos inéditos escritos especialmente para los cuadernos, así como las traducciones, que son las referencias bibliográficas más utilizadas por instituciones, profesionales y estudiantes de nuestro país. Entre los cuadernos menciono el número 2, que contiene textos de los conservadores estadounidenses Nora Kennedy y Peter Mustardo, quienes trabajaron como docentes y colaboradores en el CCPF de Funarte. El primer cuaderno fue publicado en 1997 y el más reciente, el número 9, en 2023, con el título Preservação de Fotografias Nato-digitais, de Millard Schisler, cuyo texto fue seleccionado a través de la primera Convocatoria Beca Funarte de Estímulo a la Conservación Fotográfica Solange Zúñiga.
5) ¿Qué mensaje le gustaría dejar a los jóvenes que trabajan en el campo de la preservación?
Trabajar por la preservación del patrimonio, en la tarea de conservarlo y restaurarlo, es ejercer y promover la ciudadanía. Como activistas que somos, luchamos por la implementación del área en el país y seguimos defendiéndola y creando redes que nos fortalezcan a través de conexiones nacionales e internacionales. Es emocionante ser conservadora-restauradora, pero es difícil por varias razones. Deseo determinación y éxito a los colegas emergentes. Hay mucho por hacer y ahora sois los protagonistas de esta historia.